Un atisbo de vida [Lluvia Albor][NM]

Estaba saliendo de la ducha cuando sonó el teléfono. Me puse la toalla alrededor de la cintura y entré a trompicones en el abarrotado salón, donde casi me caí al tropezar con una caja de libros todavía sin abrir por la prisa que me di por descolgar el insistente teléfono. Me había tomado la libertad de apoderarme de aquel habitáculo abandonado después de haber llegado a la ciudad. Era una casa un tanto alejada de las zonas públicas, y me había sido de utilidad para descansar unas horas y asearme un poco. Al fin y al cabo, no había momento para descansar en momentos así.

Cogí el auricular con una mano todavía goteante y lo posé sobre mi oído sin mediar palabra alguna. Realmente, podía ser una curiosa llamada familiar para los habitantes de la casa, o alguna centralita en busca de supervivientes. Fuera lo que fuera, preferiría que el que estuviera al otro lado diera el primer paso.

–¿Diga?
–Ayuda… –se oyó una voz femenina al otro lado.
–¿Dónde estás? –pregunté con un tono de voz desesperado.
–En… el centro…

La voz se vio interrumpida por interferencias que no pude reconocer y sobre todo por graznidos y gritos apagados que los acompañaron. Sin duda, la persona que había llamado a esa casa, estaba en peligro. ¿Por qué había llamado allí expresamente? Podría haber sido un habitante de la misma, alguna hija perdida tal vez… ¿Cómo es que aún funcionaban las líneas? Negué con la cabeza. No iba a descubrirlo plantado en el salón de una casa desconocida con una toalla a la cintura. Eso estaba claro.

Solté el auricular sin preocuparme por colgarlo y me dirigí al dormitorio, donde había dormitado las horas anteriores mientras terminaba de secarme. Me vestí y puse la pistola que me había dado Jesse, días antes, en el cinturón de mis vaqueros. Era una semiautomática de calibre 45. La típica Beretta que utilizaban los policías de la ciudad. Se la había birlado a uno de ellos en una contienda y me la cedió para que pudiera defenderme. Me guardé la munición en los bolsillos y salí a todo gas de la casa en dirección al Centro Comercial, donde se suponía que estaría aquella joven que había suplicado auxilio. ¿Porque se refería a aquel lugar no?

Llegué al fin al Centro Comercial. Montado en la Beta que había cogido delante de la puerta de la casa abandonada, que por suerte, aún parecía tener el depósito lleno. La dejé a un lado y bajé de la moto para acercarme a las escaleras de emergencia. Estaba claro que no iba a entrar por la puerta principal en momentos así. Subí las escaleras a toda prisa, pero con riguroso sigilo, para no ser avistado por alguno de esos seres. Por suerte, aún eran las cinco de la tarde y no anochecería hasta pasar una hora. Quizá fuera tiempo suficiente antes de que los no muertos se agolparan en las calles.

Abrí la puerta de emergencia de una patada, por suerte, se habían abierto como emergencia y solo estaban un poco atoradas. Cuando asomé me aseguré de desenfundar el arma y de ponerla por delante de mi cuerpo a bastante altura, preparado para volarle la cabeza a una de esas bestias. Cerré la puerta tras de mí y encendí la linterna que agarré con la otra mano y la puse bajo la pistola para alumbrar allá a donde apuntaba. Avancé despacio pero seguro por el oscuro pasillo. Intentando iluminar todo a mi alrededor.

De repente, me topé con los servicios y justo al lado de ellos había una cabina telefónica. Ésta, estaba impregnada de sangre por todas partes. Estaba claro que el centro comercial estaba demasiado tranquilo para lo que podía haber allí dentro. Probablemente alguien hubiera ahuyentado a los zombies a algún otro lugar y apenas quedaran indicios de ellos.

–¿Hola? –pregunté mientras me adentraba en el baño de las mujeres y continuaba iluminando el reguero de sangre bajo mis pies. Guiándome por la dirección que había tomado.

*Las cosas me quedaban claras cuando una quiere las cosas bien hechas debe de hacerlas sola, habia salido en busca de algo con lo que poder alimentarme, el centro commercial abandonado era una de las pocas opciones, necesitaba comer a la de ya, hacia dias que no tenia paz, no podia permanecer en un mismo sitio ni tan siquiera 24 horas, dichosos monstrous aparecen de la nada famelicos y deseosos de atacar a quien se tope en su camino, en este caso era tyo la que alparecer se topaba por el camino, de aquel tipo no habia sabido nada mas, se habia ido a pro comida y no habia velto, seguramente estaria criando malvas a estas alturas.

Con mi cinturon puesto y las armas en el me adentre en aquel lugar dejado de la mano de dios, paseaba tranquilamente por los debastados pasillos que anets habian abarcado vida, ahora solo muerte, los estantes caian rotos, botes de comida rodaban por lso suelos, la sangre aun remarcada en las paredes, slapicaduras de los cuerpos al ser disparados... si la diosa del caos fuera real, este seria su paraiso. Me incline, hay un bote que parece estra bastante bien y bueno, lso colores me llaman la atencion, parece ser maiz dulce, y gracias a diso aun no esta caducado, lo abro, gracias a dios que el ser humano fue capaz de inventra el abre facil anets de que esto pasara. Dados en la situacion y puesto que esto no es un maldito restaurant de cinco estrellas, y me e propuesto seguri viva un dia mas sin convertirme en el alimento de ninguna de esas criaturas, simplemente me siento en el suelo y empeizo a comer el contenido con los dedos, cerca hay un periodico, bueno mas bien algunas hojas de un periodic Viejo, estiro el brazo con al esperanza de encontrar algo interesante que poder guarder, cuando aparto el papel veo una oreja, joder que es la hora de comer, nada de partes de algun cuerpo por favour, sacudo la cabeza y me pongo a leer el periodico, la sangre es fresco, no de hace mucho, major estar alerta, lo cieryo es que la noticia no es nada Nuevo, el dichoso president prometiendo una vez mas que eliminaria el virus de la faz de la tierra, estos americanos que tienen demasiada imaginacion, solo me rio, es gracioso puesto que el periodice es de hace ya bastante tiempo y bueno el president de la foto dejo de existir tal cual es despues de acabar infecto.

Algo llama mi atencion, un ruido, also la cabeza dle papel y miro ami alrededor no veo nada pero se que no estoy sola, dejo la comida en el suelo y me pongod e pie con cuidado mientras guardo el recorte del periodicio en el bolsillo traserod e mi pantaloon, saco la pistol de una de sus cartucheras, la cargo y dejo lista para volarle los sesos a quein se me tope en mi camino, sera major que me vaya antes de que nada ocurra, comienzo a caminar con cuidado y intentando no hacer ruido, alerta de no caer en la trampa de nadie, salgo del pasillo en el que me encontraba hacia el principal, y bingo, alli estaban otra vez dando por saco los dichosos bichos, parecen estar ocupados desmembrando algo y no se percatan de mi presencia, lo cierto es que cuento aproximadamente unos cinco, son jovenes, se les ve Fuertes, probablemente no hace mucho qeu estan infectados, se les ve ansiosos mientars continuan con su tarea, major si slago de alli. Mi mala suerte quiere joderme el dia, y cuando voy a desaparecer por el pasillo topo con un estante a medio caer y todo acaba en el suelo, las cinco miradas se posan en mi ansiosas de carne nueva, alguien mas a quien desmembrar, no lo pienso dos veces y empiezo a correr, me siguen escucho sus gruñidos y siento sus ansias no lejos de mi, no me queda otra son ellso o yo, me giro y disparo, unod e ellos cae tendido al suelo, justo en plena sesera, parece que les e cabreado, estos son de lso que van en grupo al principio para luego acabar desmembrandose entre ellos, quizas salvar el culo de aquella forma no habia sido la major opcion, bueno ahora quedaban cuatro, ataje por un pasillo lateral atrancando la puerta, eso me daria a lo sumo unos 30 segundos mas de supervivencia, es algo que una aprende con los años. Corro pore se pasillo y de repente veo una cabina, soy orgullosa, pero necesito ayuda, entro en ella y pincho el telefono marcando un numero cifrado al azar con la esperanza de que funcionase, para mi alivio alguien responde, pero lso 30 segundos se me han acaabado, han hechado abajo la puerta y corren hacia mi, no se si hay buena señal en la linia, solo digo la palabra magica, AYUDA, parece funcionar, disparo a otro mientars veo como corren hacia mi, pero aun asi escucho la pregunta que me hace dandole una respeusta, no em da tiempo para mas, salgo de la cabina y me pongo tras el cristal, si algo tienen estos bichos es que no razonalizan, disparo a un tercero que tambien cae al suelo, hay otro que se para en seco parece haber visto algo que yo no disipo, el otro sigue corriendo hacia mi con furia encendida en sus ojos, pero el muy inutil se de de bruces con el reflejod el cristal de la cabina, tres tiros lo acaban derribando, aunque he dejado todo bonito con tanta dichosa sangre. El lerdo que se habia quedado parado parece haber salido de su nube y se dirije hacia mi, entro en el bañocerrando la puerta tars de mi y me escondo, escucho la puerta abrirse y como aquella cosa entra, como he dicho no son muy listos, estoy colgada en las tuberias del techo que han quedado al descubierto una vez este a ido abajo, cuando pasa de largo por donde yo estoy me dejo caer al suelo y me doy la vuelta justo a tiempo para usar mi ultima bala en el cartucho, entre ceja y ceja, cae al suelo, lo jodido es que ahora ademas de estar mosqueada y hambrienta, estaba llena de sangre, menuda mierda, no queria llamr la atencion de nungun ser mas de estos, asi que me limite a arrastrar los cuerpos del apsillo al baño, cuando estaba con el ultimo escucho un golpe en uno de lso pasillos, mierda tanto tiro a atraido a mas, me resguardo de Nuevo en las tuberias del techo.

Finalmente alguien entra en el baño, era humano un alivio, peor no muy listo iluminando la sangre en vez de a otro lado, dudo si dejarme caer o no, fianlmente con sijilo y una vez me sobre pasa, caigo al suelo y le apunto sin disparar a la cabeza*

-Quien eres? Y lo mas importante que haces aqui?

El sonido de unas botas entrechocando contra el suelo a mi espalda, llaman mi atención. Me giro rápidamente, sin perder tiempo y elevo el arma por encima de mis hombros para apuntar a lo que fuera me había alertado. Se trataba de una joven de un peculiar aspecto y bastante más bajita y delgada que yo. Aunque a juzgar por su indumentaria y armamento, iba más preparada para la ocasión. Probablemente fuera como Jesse, y llevara más tiempo que yo en la ciudad.

Entrecerré los ojos y bajé el arma después de pensarlo durante unos segundos.

–Menuda Bienvenida. Yo también me alegro de verte –bromeé.

No estaba muy acostumbrado a ver supervivientes en cualquier rincón de la ciudad. Los únicos que había visto hasta ahora, habían sido los militares del cuartel. Y estaban a buen resguardo bajo sus paredes de piedra en la nave de alta seguridad. Muchos, se dedicaban, según decían, a hacer búsquedas de supervivientes por la ciudad, o a matar alguna que otra criatura. Igualmente, los perdí de vista cuando los acompañé en una expedición al hospital. Desde entonces, he estado buscándome la vida solo; ya que, quería encontrar a mi abuelo, y no iba a conseguirlo si me quedaba allí encerrado tras la alta seguridad del cuartel. Según dicen, uno de los sitios más seguros aunque de difícil acceso.

El gruñido de una de esas criaturas nos alertó. Ambos nos giramos en la dirección del sonido con nuestras armas en alto. Se nos acercaba una buena.

–Veo que has venido al centro con algunos amigos –bromeé y avancé por la habitación del baño femenino hasta alcanzar la puerta, la cual cerré de una patada–. Estamos rodeados, vamos a tener que idear un plan.

Miré al techo para ver por donde había aparecido la joven. Había tuberías maltrechas y desencajadas caídas del techo, y por ello, habían formado una escalera hasta el conducto de ventilación. Lo que parecía, la única salida.

–¿Alguna idea mejor? –le pregunté a la chica, sin preocuparme de las presentaciones.

Otro sonido, nos alertó de que los no muertos aporreaban la puerta.

*al menos es rapido y alza la pistola listo para disparar si lo rpecisa, aunque claro, es el quien la baja primero, no sabe que la confianza en estos tiempos y en esta situacion no es nada bueno? Antes de hacer nada lo analizo dando un vistazo rapido de arriba hacia abajo, me resulta peculiar que saque tiempo para ser bromista, estaba por bajar el arma cuando un ruido hace que em gire automaticamente sobre mi misma para cambiar la direccion del arma y apuntar a alguno de esos seres, aun estan lejos. Genial, aun no habian dejado de tocarme las narices por hoy, nunca tenian suficiente en un msimo dia no, el tipo camina y cierra la puerta, solo 30 miseros segundos, es eso lo que nos va ahacer ganar el que cierre la puerta, sigo su Mirada cuando se dirige hacia el techo, el mismo lugar por el que me habia dejado caer hacia apenas unos segundos. No lo cierto es que no tengo una idea major, el hambre y la mala leche no me dejan pensar con claridad en estos momentos, y pensar que tengo que arrastrar mi culo pore se fetido agujero en el techo aun me cabre mas de lo que estoy, suspiro y sin decir nada guardo mi pistola en el cinturon*

- Solo espero que para arrastrar tu culo dentro de ese agujero seas un poco mas rapido de lo que as sido para llegar aqui, porque sino lo llevamso crudo cielo.

*me subo a un pedrusco que en algun momento habia sido parte del techo, y de un salto, como habia hecho antes, me cuelgo de las tuberias para moverme rapidamente y meterme dentro del tubo de ventilacion, es estrecho, esta lleno de polvo y telarañas, es algo asqueroso mas que añadir a mi dia, si antes necesitaba una ducha por quitarme la sangre ahora la necesitaba ademas para quitarme toda la mierda que estaba apunto de recoger alli adentro. Empiezo a arrastrarme por el minimo espacio del tubo de ventilacion, lo cierto es que no estaba muy segura de que el susodicho pudiera entrar por el, yo era menuda y me estaba cosatndo meoverme, pero el era como tres veces yo, aun me tocaria socorrerlo porque se habai quedado atascado, simplemente continuo reptando, escucho a esso bichos algo mas lejos, probablemente con su poca inteligencia no se les a ocurrido mirar al techo, se que aquel chico me esta siguiendo, lo escucho arrastarse con problemas tars de mi, lo dicho, se em queda atascado alli fijo, me paro y miro hacia atras par aver com ova la cosa*

- Estas bien o necesitas ayuda grandullon?

–¿Qué? ¿A sí qué has sido tú la que ha llamado por teléfono?

Las coincidencias habían sido muchas. No me esperaba dar con la chica nada más entrar en el centro comercial y lo más extraño de todo era que ella hubiera dado conmigo con solo un telefonazo. Estaba claro que el destino tenía algo preparado para nosotros y nos quería juntos. Fuera lo que fuera, no iba a dejar que esos malditos me dieran un mordisco.

–No te preocupes por mí cielo–digo mientras sigo los movimientos de la joven después de habernos introducido por el conducto de ventilación–, tengo buenas vistas.

Era evidente que no había podido evitar mirar su trasero. En aquel conducto no había nada mejor que hacer, aparte de avanzar. Y claro, uno no era de piedra.

Avanzamos por el conducto hasta alcanzar una intersección en la que los caminos se dividían, arriba, abajo, y a ambos lados.

–Creo que lo mejor sería intentar trepar hasta arriba. Con un poco de suerte alcanzaremos el techo del centro. Será menos probable que nos alcancen allí –aconsejé.

*vamos, aun le queda tiempo para mirarme el culo, sie squeera un tio, nose de que mierda me extraño, si le daba unos minutos mas seguro que encontraba tiempo hasta de tocarlo. Simplemente nege con la cabeza mientars reia y volvia mi vista hacia delante para continuar reptando, finalmente llegamos hasta una interseccion, para ser tio estaba pensando, si probablemente seria la mejor opcion, trepar hacia arriba, pero aun asi eso no dejaba de ser un conduccto de ventilacion y yo no era Spiderman, suspire y saque de mi cinturon una barra de luz, al golpearla la luz florescente ilumino el lugar, me puse el tubo en la boca y comenze a buscar enter los bolsillos que colgaban de mi cinturon, finalmente di con ellos, Imanes, no lo suficientemente pesados para no ser molestos al cargar con ellos, pero si lo suficientemente resistentes y utiles como para permitirnos trepar con ellos por el conducto sin mucho esfuerzo y mas rapidamente, le tendi dos a el y me coloque los mios en als manos para luego colocar el tubo de luz en el unicositio que encontre, dentro del escote, si no sabia si seria buena idea, pero era lo que habia, no estaba la cosa como para ponerse fina. miro hacia arriba, el agujero queda un poco demasiado alto para mi, y no creo q saltar alli adentro sea buena idea, a el con extender las manos le va a sobrar, le miro alzando una ceja*

- Piensas ayudarme o avs a quedarte mirandome mucho ams rato, no me molesta, pero no es el mejor lugar ni momento para entretenerse

Ella sacó unos sorprendentes imanes que parecían poder sostenernos por el conducto de ventilación. ¿De dónde los había sacado?

–¡Vaya! Veo que me he topado con Lara Croft, que suerte la mía. Aunque a esta Lara le falta una parte muy importante… “La pechonalidad” –reí.

Subí con los imanes siguiéndola hasta llegar a la parte superior del conducto. Quedaban apenas unos tramos y ella parecía no poder continuar.

–Te ayudaría, pero para ello tendría que tocarte el trasero y no creo que sea muy agradable –volví a reír–. Hay que abrir la rendija superior, que está atornillada. ¿Podrás hacerlo? Sino, vamos a tener que volver y algo me dice que esas criaturas están esperándonos muy ansiosas. Vamos, que no tengo todo el día, pequeña.

Ascendí un poco más hasta acercarme lo suficiente como para que sus piernas pasaran una a cada lado de mi cabeza.

–Que postura más comprometedora. ¿Cómo quieres que te ayude a subir? ¿Tienes alguna opción más aparte de la evidente?

*para estar metiendose conmigo estaba aprobechando su vista al maximo, lo cierto es que estab por dejarle caer un iman en la cabeza, pero pasaba que luego me suponia mayor esfuerzo. Simplemente me puse a trepar como pude, el ultimo tramo era un poco mas complicado y lo cierto es que la falta de alimento conbinada con el esfuerzo no era Buena, al apoyar mis piernas sobre sus hombres pude dejar algo de peso sobre el lo cual me daba algo de descanso, me estaba tocando la moral, cabreada no era Buena compaña*

- si, sabes podria optar por estrangularte ahora mismo y seguir mi camino, te llamo para que me slaves el culo y parece ser que soy yo la que te lo esta salvando a ti, asi que callate ya la boca, que sabes, cuando no hablas me pareces mas mono.

*haciendo fuerza lo empuje un poco hacia delante para poder apoyarme mejor en sus hombros, solte mis manso de lso imanes apoyando mi espalda contra el frio metal en mi espalda para rebuscar entre mis bolsillos algo con lo que poder abrrir la dichosa trampilla, saque finalmente una moneda y me puse a desatornillar la rendija, cuando ya estaba casi, con unos pequeños golpes salio del todo, la empuje hacia arriba y logre sacarla, guarde la moneda de Nuevo en uno de mis bolsillos, y coloque de Nuevo los imanes en mis manos para trepar aquel pequeño tramo y salir por el agujero. Acto seguido salio el tras de mi, guarde mis imanes en los bolsillos y saque el tubo de luz de mi escote, cuando salio volvi a colocar la reja en su sitio para tapar la salida y tendi mis manos para que me devolviera lso imanes*

- sera major que nos demso prisa, esta haciendose de noche

–Perdona que no sea tu héroe perfecto –le contesté–, pero da la casualidad de que al otro lado del teléfono estaba yo y te vas a tener que conformar con eso. Al menos, estamos vivos. Puedes presumir de eso.

La chica comenzaba a sacarme un poco de quicio, aunque no la culpaba, tenía pinta de no haber echado un polvo en mucho tiempo. Así que, iba a tener paciencia por ahora y me iba a limitar a salir de aquí. Al fin y al cabo, la necesitaba para salir de aquí y por su culpa me había metido en esto.

–…Si llego a saber que se trataba de ti, no hubiera venido… –murmuré casi inaudible.

Después de varios minutos en los que ella forcejeó con la trampilla conseguimos salir a la azotea del centro comercial.

–¡Al fin, aire libre! –dije estirando todo mi cuerpo con los brazos en alto–. Bueno, a ver como bajamos ahora señorita Mcquiver. ¿Tienes alguna idea?

La chica comenzó a atarme algo que no terminaba de entender. No es que me gustaran demasiado las alturas pero si había que bajar tipo Mcquiver, pues no me iba a rajar ahora. Haría lo que hiciera falta. Aunque escalar tampoco me habría importado.

La chica se disculpó por su estado de humor, al fin lo había reconocido. Así que se trataba de eso, llevaba días sin comer y no paraban de seguirla. Si mis cálculos no andaban mal esta chica se encontraba en plena faena con sus hormonas. Todo un detalle por su parte, podría haberme avisado de que era una alarma para esos bichos. Si algo había aprendido hasta ahora era que a esas criaturas les atraía la sangre y los sonido.

–Oye, no eres la única a la que esos bichos persiguen. Además, ¿A quién se le ocurre entrar en el centro comercial? ¿De compras un día así? ¡Joder!, a esos bichos parece que les gusta encerrarse en los sitios grandes de día.

Todos sus actos parecían señalar a que me tocaría agarrarla para bajar hasta ahí abajo. La tentación era bastante cautivadora, pero no iba a ser tan capullo con ella. Aunque ella no me había tratado del todo bien, tampoco se merecía que la soltara en el aire a su suerte. Así que, me preocuparía por agarrarla fuertemente en el trayecto, al menos, lo intentaría.

Empecé a reírme sin poder evitarlo. ¿Así que ahora era yo el borde? Estupendo. Esto sí que no me lo esperaba. Si lo llego a saber…

–¡Hey! Tranquila. Tampoco hace falta que te pongas a la defensiva, mujer… –intenté tranquilizarla, ya que parecía bastante malhumorada. Cualquiera se atrevía a decirle algo –. Bueno, vamos a centrarnos en escapar de aquí.

La chica saltó sobre mi cuello y me tabalee un poco, ya que me había cogido un tanto desprevenido. La sujeté por la cintura y puse toda mi confianza en ese artefacto tan extraño que ella había colocado. Salté sin pensarlo y a cada segundo vi el suelo más cerca de nosotros, lo que me dio a pensar que el aparato nunca se detendría. Me veía convertido en una albóndiga para zombies aplastada en el suelo. Todo un manjar para ellos, y encima por partida doble. Finalmente, llegamos en un perfecto aterrizaje. Mis pies, doloridos, se clavaron en el suelo como si su vida dependiera de ellos y enseguida separé las manos del cuerpo de la inestable muchacha para que se apartara de mí enseguida. Entonces, vi mi moto y no pude evitar sonreír al ver el perfecto estado en el que se hallaba. Bien, una escapatoria al fin.

*me sujete bien a el para no correr el riesgo de acabar en el suelo de una forma no como estaba prevista, finalmente no me soltó y llegue intacta al suelo, cuando llegamos a el, baje de encima suyo para desatarlo y luego desatarme a mi, al extremo final de la cuerda había un botón, al apretarlo el cable fue enrollándose y el imán que nos había sujetado cayo hasta dar en el suelo, simplemente lo recogí y lo guarde en mi bolso. Me encamine tras de el hasta donde estaba la moto, que claramente era la única forma de salir de allí*

- El siguiente paso es salir de este lugar sin volver a ser vistos, y gracias por haber venido a ayudarme, no todo el mundo pone en juego su vida por un desconocido que le hace una llamada telefónica. Esta haciéndose de noche, será mejor que nos vayamos cuanto mas lejos de esos bichos mejor. Por cierto, me llamo Lluvia

*le tendí la mano para presentarme, después de tanta discusión ni siquiera sabíamos como nos llamábamos, tampoco es que se hubiera dado el momento de una grata presentación con esas cosas pisándonos los talones y mi mala leche de por medio*

Ahora parecía estar agradecida por la ayuda que le había ofrecido. Bien, parecía que se le habían bajado los humos. Después de la que me había montado con qué había aparecido yo, lo último que podría hacer agradecérmelo.

–No pasa nada –contesté modesto.

Tenía razón, la noche ya estaba sobre nosotros y los zombies empezaban a asomar por entre los callejones y habitáculos. Teníamos que buscar un sitio donde pasar la noche, pero el problema, es que yo actuaba solo y además no podía perder el tiempo haciendo de niñera. Tenía que preocuparme por encontrar a mi abuelo. Así que, en cuanto la dejara a salvo, continuaría con la búsqueda.

–Conozco un cuartel militar donde puedes estar segura. Te puedo dejar allí si quieres.

Abrí el maletero de la moto y saqué el único casco que tenía. Amablemente se lo ofrecí a ella. Entonces, ella se presentó.

–Yo soy Sam.

Subí a la moto y la arranqué esperando a que ella subiera. Entonces, esperé a que me diera una respuesta. No sabía si le interesaría ir al cuartel y estar a salvo o seguir dando vueltas por la calle como hasta ahora.

Giré la muñeca y embragué de forma que la moto se puso en marcha. Aceleré varias veces para escuchar el rugir de ésta, aunque no me puse en camino; ya que, estaba esperando a la respuesta de la joven, que parecía estar pensándosela con bastante detenimiento. Su mirada se apagó por un momento, hasta que al fin contestó.

–Entonces… ¿Quieres que te lleve a algún sitio?

Estaba claro que lo mejor sería separarnos antes de que acabáramos disparándonos el uno al otro. Nuestros caracteres chocaban bastante y no habíamos empezado con muy buen pie esta historia. Aún así, conseguimos salir sanos y salvos; y eso, al fin y al cabo, era lo importante.

–Yo no suelo quedarme en un sitio fijo, y además, estoy buscando a alguien así que no creo que pueda ir contigo–puntualicé.

Quería que tuviera bien claras mis circunstancias. No quería tampoco acabar de malas maneras. Bastante riña habíamos tenido ya y no tenía ganas de problemas. Bastante tenía ya con tener que matar a los muertos de hambre estos. No obstante, me preocupaba un poco la seguridad de la joven, a fin de cuentas, ella era una superviviente y eso había que valorarlo.

–Está bien como quieras –me devolvió el casco y me lo puse en la cabeza–. Por cierto, si quieres te doy mi número de mi móvil. A menos que esta vez prefieras llamar a cualquier teléfono. No estoy seguro de si podré estar al otro lado otra vez –bromeé.

Ella pareció agradecida cosa que me extrañaba un poco. Aunque fuera algo borde, por lo menos tenía modales, eso era bueno. De todos modos, ya me había dicho que estaba algo estresada con todo este tema y no la culpo, ¿quién no iba a estresarse con lo que está pasando? Aún así… debería de agradecer que aún está con vida y olvidarse de los problemas. No es momento para preocuparse por nada ni nade, sino por uno mismo.

–Entonces, espero que nos volvamos a ver –me despedí cediéndole un papel en el que había apuntado mi número de teléfono. Hiciera lo que hiciera después con el número me daba igual. Yo lo había intentado y estaba claro que no iba a poder contra su arrogancia –. Nos vemos –aceleré y esta vez me puse en marcha, dejando a la joven atrás.

OFF: Contesta y cierra o cierra directamente, como quieras. Esto tiene pinta de que acaba, a menos que vayas a hacer algún cambio radical xD